viernes, 8 de mayo de 2009

Retazos desbocados

Miel. En un instante de descuido ajeno, él entreabrió sus ojos. En ese momento en que su cerebro aún no percibía ninguna forma, tan sólo la hiriente luz para sus retinas, adivinó a pensar esa palabra. Sí, -lo constataba- sus besos son miel para sus sentidos. Saboreaba su imaginaria situación en los instantes previos, cuando la boca ajena se acercaba y llegaba a ese punto de no retorno que tanto había ansiado desde que la vio. Los tentáculos de sus pestañas llegaban a rozar sutilmente su frente, en una muestra indubitada de posesión visceral, cálido deseo. Pero la máxima tensión perceptiva no podía focalizarse en otro lugar que sus papilas. Aquellas que esperaban fervientes la película húmeda y agradablemente viscosa de sus convecinas. Volvía a recorrerle ese chispazo invisible por su sistema nervioso periférico, que entreabría los dedos de sus pies en un acto reflejo, inmune a su conciencia. Miel. Eso decía su ebrio cerebro tras la inusitada catarata de endorfinas. Pero también lo expresaban esos dedos accionados por su subconsciente. Porque ésa era la razón por la que había esperado tanto tiempo. No se percató hasta la reacción post-oscular, pero algún recoveco en su ser le decía que ese beso le marcaría. Quizá la misma fuerza que hizo mover sus dedos.

1 comentario:

  1. post-oscular... No hacía tiempo ni na desde la última vez que escuché esa palabra, estaba con mi ex aún.. de hecho fue la palabra que marcó una de nuestras primeras conversaciones.

    Muy bien escrito la verdad, tratando de describir sensaciones de la manera más gráfica que se puede, con el lenguaje seudocientifíco.. chico o chica?

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