lunes, 30 de noviembre de 2009

Parecidos irrazonables

Parece, que mi dedo recorre tu espina dorsal.
Parece, que la mente me induce a un coma terminal.
Parece, que la gente susurra tu nombre al pasar.
Parece, que estas palabras ni están, ni dicen la verdad.

Parezco, una mezcla intrincada de azúcar y miel.
Un idiota anodino en un triste y vacío vergel de papel.
Parezco, la más triste de todas las sonatas,
que tocabas cada noche en mi oído, de eso doy fe de erratas.

Pareces, una dama inglesita vestida de cuero.
Flor parisina, deidad terrenal envuelta en acero.
Pareces, la eterna inocencia comprando un liguero.
Con carita de potro indomable, pero buscando un tequiero.